Las grasas son necesarias para nuestro organismo, ya que proveen ácidos grasos esenciales que nuestro cuerpo no puede fabricar. Además, cumplen diversas funciones vitales como: almacenar energía, incentivar la producción de hormonas y otras sustancias, y facilitar el transporte de varias vitaminas, entre otras.
En este sentido, no es posible prescindir del consumo de grasas, ya que esto sería perjudicial para nuestra salud; sin embargo, los problemas se presentan cuando su ingesta es excesiva y desequilibrada.
Las grasas se pueden clasificar en tres grupos: grasas saturadas, grasas trans y grasas insaturadas (familia Omega 3, 6 y 9). Las dos primeras son sólidas a temperatura ambiente , mientras que las grasas insaturadas son líquidas en las mismas condiciones.
Esto significa que es conveniente priorizar el consumo de aquellos alimentos que tienen grasas “buenas” insaturadas y disminuir las grasas “malas” saturadas, trans y el colesterol.